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"'Ay de aquellos que reduzcan la explicación de un fenómeno adverso a una sola causa, porque omitirán ( y por tanto, no corregirán) las n-1 razones restantes que también contribuyeron a ello" (ANTONI BALTAR)

domingo, 21 de diciembre de 2008

El funeral de Francis


Recordatorio del funeral de Francisco Casavella

Viernes 19 poco antes de la 1 del mediodía, llego al Tanatorio de Les Corts donde enseguida veo en la puerta a Pedro, con el que había quedado. Francis era nuestro común amigo en la juventud, y de alguna manera fue también nuestro Lord Henry Wotton (*) particular.


Vemos por allí mucha gente, entre ellos escritores, gente del cine y críticos musicales que conocimos en su día, como Marcos Ordóñez, Manuel Huerga, Joan Bofill... Pero antes un abrazo a Alex, el hermano menor de Francis, con el que nunca tuve relación, pero con el parecido físico sobran las palabras. Pronto aparece también Ragnampiza, otro buen amigo y colaborador artístico de juventud, y María, la chica - pareja, ex-pareja (?) - de la última década de Francis. Esa mujer simpatica a la que va dedicado El Día del Watusi. Esa chica que cantaba en el gupo mod Kamenbert en los 80, que al saludarla aquél día en el Café Salambó de Gracia y comentarle Francis "Te acuerdas de Antoni?" Ella me dijo "¡Ah! ¡Tú eres el de Núria!" ( Me quedé parado. Así que yo era "de Núria", ¡por un solo beso que nos dimos! Recuerdos...). Ragna va con gorra y gafas, María ya tiene el rimel corrido. Les abrazo a ambos.


Hay bastantes escritores conocidos por el público, pero no tengo el gusto de conocerles yo, como Ignacio Martín de Pisón, Javier Cercas... El que no aparece es Ramón de España. Lo comprendo y me alegro, porque después del irrespetuoso artículo ( http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idtipusrecurs_PK=7&idnoticia_PK=571926 ) que le dedicó a Francis en El Periódico el día después de su muerte, estoy convencido de que más de uno - me incluyo - le habría dirigido algo más que palabras de haberse presentado al funeral. En resumen, le llama borracho y drogata y va del palo de "ya sabía yo que acabaría así". Ramón de España se suponía "amigo" de Francis... Este hombre aparecío en nuestras vidas en los primeros 80's, cuando ejercía de articulista en diversos diarios, guionista de comics y escritor. Puso por las nubes a Claustrofobia en un artículo publicado en el hoy extinto Noticiero Universal en 1984, bajo el título "Claustrofobia, buenos tiempos para la lírica". (http://www.geocities.com/otradisneylandia/claustrofobia2.html).

Era entonces De España un individuo cercano a los 30 años, mientras en nuestro entorno - Pedro, Mª José, Francis, Ragnampiza, un servidor - apenas estrenábamos nuestros 20. Rollizo, mofletudo, gafotas... El típico anti-héroe intelectual, moviéndose a caballo entre la brillantez y la pedantería, al que nunca le ví abrazando a hembra alguna, pero sí a numerosos vasos de cubata... ( Es cierto que recientemente ha declarado haberse pasado al Vichy Catalán, y me permito recomendarle desde aquí que no abuse del gas; es posible que su consumo le haga más chispeante, pero también que realce su barriga). De España era un hombre conocido y respetado entre la "modernidad" barcelonesa de los 80, mientras Francis era simplemente un administrativo en La Caixa soñando ser escritor. 25 años después, Francis se había convertido en el último premio Nadal de novela, y en la pluma más prometedora de la narrativa española, 3 de sus obras llevadas al cine; De España, en cambio, ha seguido publicando artículos y libros, pero sospecho que no le conocen ni siquiera sus vecinos, y la película que dirigió hace unos pocos años pasó sin pena ni gloria...


Francis en la foto interior de su primera obra y primer éxito, El Triunfo (1990)

Así que la única explicación que veo al artículo del amigo De España es una comprensible envidia frente al talento y éxito de Casavella, al que le hubiera convenido frecuentar más por si se le pegaba algo... Ya en la penúltima velada que compartí con Francis, hace ya algunos años, en la que casualmente topamos con De España, el saludo que le dirigió este fue poco afectuoso, y hasta diría que descortés... Nada, que ha sido una cobardía, porque si Francis estuviese aún vivo estoy convencido de que le habría dirigido una aguda y brillante réplica. Y qué Paquito ni qué leches! Francis, coño, Francis!

Pero bueno, ya se me pasa, ya entramos en la iglesia, y recojo el recordatorio, que ya indica que la ceromonia será atípica. No hay ninguna cruz, sólo el nombre real y artístico de Francis, y un fragmento de una de sus obras (El día del Watusi, ¿quizás?). El cura dice unas palabras que me escandalizan, pues eso de "es como si nos reuniéramos a tomar unas copas con él" me suena algo fuera de lugar, ya que me temo que la bebida ha tenido bastante que ver con la desaparición prematura de Francis, sospecho que mi amigo nos ha dejado a lo Nicholas Cage en Leaving Las Vegas... Toma enseguida la palabra un joven amigo de Francis, el crítico musical Miqui Otero, que hace un bonito repaso de su figura y da paso a una canción. Conociendo el amor de Francis por el rock&roll neoyorquino, mis oídos se preparan para Lou Reed o Johnny Thunders, y sin embargo, suena un bonito tema doo-woop. Y es que Francis, enciclopedia de la música, tambíen adoraba la música negra:


Looking for an echo. THE PERSUASIONS

Luego interviene brillantemente Ignacio Vidal-Folch, sosteniendo que Casavella nos deja no malogrado sino logrado, por los amigos que tuvo y el éxito que cosechó. Más sentimental está luego Joan Riambau recordando las ocurrencias de Francis "ve poniendo la segunda canción de la cara B". Silvia Sesé, su actual editora, no puede vencer el nudo en la garganta por el dolor, y apenas puede hablar.

Es una ceremonia religiosa muy atípica, en la que se celebra eucaristía y se da la comunión, pero las intervenciones de los amigos, la música y el estilo del sacerdote la hacen singular. La nota "tradicional" la ponen familiares y el cura - a pesar de su progresismo, patente en todas sus intervenciones - , y la "underground" el resto de asistentes al funeral. Se da paso a una nueva canción, un clásico del jazz vocal:



"My one and only love". JOHN COLTRANE & JOHNNY HARTMAN

La subyugante belleza del solo de John Coltrane, escuchada en el contexto del funeral de un amigo, es demasiado emocionante... Tengo que apretar las mandíbulas para aguantar el tipo. Ya llevo un buen rato moqueando; la ceremonia ha sido muy emotiva. En lo que va de siglo, apenas había compartido dos veladas con Francis. Sin embargo, entre los 19 y los 27 años había sido uno de mis grandes amigos, una persona esencial en mi vida en muchos aspectos. El saxo de Trane, la bonita voz de Hartman y mis recuerdos me hacen ese momento eterno y muy duro, a pesar de la enorme belleza de la música que suena (**). Por cierto, que el disco de Coltrane y Hartman al parecer se grabó todo en una sola toma, excepto el tema "My one and only love", que necesitó repetirse una vez. Se cuenta que el motivo es que Hartman - que llevaba una década sin grabar discos, y que fue impuesto por John Coltrane: "sólo grabaré un disco de jazz vocal si canta Johnny Hartman"- se quedó tan extasiado escuchando el maravilloso solo inicial de Trane, que se olvidó que tenía que empezar a cantar. No importó, porque John Coltrane repitió sin inmutarse, y consiguió mejorar su primera interpretación...

(Francis, como el Cid, aún ganas batallas después de muerto... Porque desde hace unos años, además de modernidades varias, estoy escuchando mucho reggae y jazz. Y Trane es uno de mis ídolos, pero desconocía la existencia de ese disco con Johnny Hartman, todo un clásico. Gracias, tío).

Y se acaba el funeral. Palabras de ánimo para la madre de Francis - la pobre mujer perdió también al marido hace escasos meses - , un abrazo a Ragnampiza, y Pedro y yo nos vamos de allí comentando la jugada. Y le digo: "tío, el cura ha dicho que no saquemos mensaje de esta muerte, pero yo saco uno: no perdamos nunca el contacto, no sea que tengamos que ir uno al funeral del otro a lamentar lo poco que nos hemos frecuentado".

Ya estoy en casa, y quiero dedicarle una canción a Francis. De un disco que me descubrió él, como no. Uno de los discos más importantes de la historia del rock&roll, Marquee Moon de Television. ¡Cómo flipé la primera vez que Francis me puso la canción del mismo título en su casa de la calle Campo Sagrado! (Y cúantas veces comentamos su parecido físico con Tom Verlaine...) Sin embargo, hoy elijo la canción que siempre me ha parecido más bonita, por su melodía y el excelente solo de guitarra: Guiding Light. Luz que me guía.


"Guiding light". TELEVISION.

Y después de cenar, como no podía ser de otra forma, un Gin&Tonic en homenaje a Francis. Con 3 generosos golpes de Angostura, porque hoy será un trago amargo. Eso sí, la ginebra no será Gordon's, sino Hendrick's. Los tiempos han cambiado.



(*) personaje esencial en "El retrato de Dorian Gray" (Oscar Wilde).
(**) por la noche, ya en casa, compruebo que esta canción, versioneada por Sting, suena en "Leaving Las Vegas" y no puedo evitar el llanto

viernes, 19 de diciembre de 2008

Francisco Casavella, un diamante entre la ceniza


Francis, el día en que ganó el Premio Nadal de novela 2008



Mi amigo Francis falleció anteayer día 17 de diciembre, víctima de un ataque al corazón a los 45 años. En los últimos tiempos habíamos perdido el contacto, pero siempre he tenido un recuerdo para él, y de alguna forma sabía de su actual vida a través de amigos comunes y de la prensa. Francisco Casavella era seguramente el escritor español vivo más prometedor, ganador del Premio Nadal de novela de este año, y llevado al cine 3 veces ( sus novelas "Un enano español se suicida en Las Vegas", "El Triunfo", y el guión original de "Antártida"). Para mí siempre será recordado como el ideólogo de mi grupo de música Claustrofobia. El nos descubrió a grandes artistas como Jonathan Richman, Velvet Underground... Ya escuchaba a The Smiths antes de que aquí supiesen si quiera quienes eran. Compartimos en los primeros 80's muchas noches de juerga y charlas; eramos corrosivos y sarcásticos...En 2006 se publicó un disco doble de Claustrofobia, con rarezas, conciertos y material inédito. Francis escribió el texto de presentación. Hoy al leerlo me estremezco, pues parece su epitafio:

"La juventud es tantas cosas que puede ser un cigarro. Primero se fuma porque te dan el cigarro. Luego porque fumar queda bien, porque alivia, por placer, porque tenemos ocupadas las manos y la boca. Pero tarde o temprano el cigarro se va acabando. Lo ves y, además, quema. Las caladas son ardientes y ansiosas, y si antes ya eran ansiosas se han vuelto furiosas. Luego sólo queda humo en el aire y ceniza en el suelo. "¡Quiero otra juventud!", gritas. Pero se acabó. Y estás cansado.En ese sentido (y en ningun otro) he dejado de fumar. Y en cuanto a la nostalgia, soy una especie de exfumador converso. Me irritan quienes no saben vivir su tiempo y su edad sin darse cuenta de que la resignación de hoy ha sido la misma resignación de siempre. Lo que uno da de sí: no pensar, sentir a medias, dejarse ser. Pero entonces, amigas y amigos, el humo lo velaba todo, ¿verdad? ¡Qué tiempos aquellos! Nada de eso. No fue más que otra edad de piedra, otro espejismo. No hay que darle más vueltas. Aunque quizá una vuelta más... A veces me agacho a recoger la ceniza, como todos, la froto entre los dedos. Y a veces imagino que las cenizas se vuelven diamantes.


Conocí a los Claustrofobia con mi amigo de la adolescencia Ragnampiza gracias a un fanzine que nunca llegó a nada. El aborto quería llamarse "Malizia". A lo mejor se puede ser más ingenuo, pero entonces te tienes que comprar un pito. Porque éramos muy ingenuos. Y, unos más que otros, arrogantes y algo infelices. Y pobres. Casi de posguerra, vamos, como de Dickens. Pero eran unos tiempos en los que el humo lo velaba todo, claro que sí, y el fingimiento se volvió general. Le debo a Ragnampiza el compartir el lado cómico de todo aquello, el ver más allá de la farsa. Y a Pedro Burruezo le debo, y eso es mucho, la viva demostración de que uno puede rebelarse contra la situación que de verdad importa. Uno será lo que quiera ser: contra todo y contra todos. Intentar ser menos es como no ser nada. Pedro es un buen compositor, el mejor arreglista que he conocido y un cantante y letrista algo extravagante. En las actuaciones se transforma, desde luego. Pero era una lección verle construir las canciones en el local de ensayo con María José, con Antoni (*), con Sebas. Fuera del tiempo, lejos del efectismo. El modo en que le brillaban los ojos, su concentración mientras jugaba. Esa fue la primera vez que estuve ante un artista verdadero.


Y había una época, claro. Del 82 al 84 creo que ví unos cincuneta conciertos de Claustrofobia. Algunos fueron buenos y otros soberbios. En uno, en un pub de Sants, fuí todo el público. Pero no es eso lo que recuerdo con más fuerza, con más agrado, con mayor solvencia, ya que uno es como es. Recuerdo a unos seres de la discográfica Wilde Records cuya biografía daba algo de miedo. Recuerdo un viaje a Madrid, en aquellos autocares nocturnos de soldados, en el que conocimos a otro ser, recién salido de la Modelo, que se hacía llamar "El Tronco" y que había viajado a la capital con el fin de matar a "El Pecos". Con la conversación, se fue desvelando que "El Tronco" era hermano de la niña que murió en una avalancha de fans de un concierto de los Pecos. El hermano había salido de la cárcel y se iba a vengar. ¿Verdad o mentira? Digamos simplemente que no lo consiguió. Recuerdo estar en Rockola el día en que murió Eduardo Benavente y se paró la música y alguno de sus amigos llegó a la sala llorando. Ahora también están muertos. Para ellos tampoco hay tiempo.

Pero, sobre todo, recuerdo la cara de admiración de mucha gente y la cara de asco de otros tantos. No se puede gustar a todo el mundo. No se quiere gustar a todo el mundo. Esa era la idea. Y de la idea han quedado estas canciones, diamantes entre la ceniza. Buenas canciones arrebatadas, fuera del tiempo."



Claustrofobia: Pedro, María José, Antoni, Sebas, en la época en que Francis fue "todo nuestro público"

Descansa en paz, Francis, amigo.


BIBLIOGRAFIA de Francisco Casavella

Lo que sé de los vampiros 2008
El idioma imposible (El día del Watusi III) 2003
Viento y joyas (El día del Watusi II) 2002
Los juegos feroces (El día del Watusi I) 2002
El secreto de las fiestas 1997
Un enano español se suicida en Las Vegas 1997
Quédate 1993
El triunfo 1990

El texto de Francisco Casavella está incluido en el doble CD de Claustrofobia "Fiesta en la Noche (conciertos y grabaciones 1982-1984)", publicado en 2006.

(*) un servidor de ustedes